El término galleta se le da únicamente por la forma, pero no son galletas, o al menos no saben como tal. Es una especie de mini brownie, tierno por dentro pero con una capa crujiente que lo envuelve. En cualquier caso, son de mis favoritas y cuando las pruebes pensarás igual.
INGREDIENTES
- 60 ml. Aceite
- 60 gr. Cacao en polvo
- 190 gr. Azúcar
- 2 Huevos
- 1 Cucharadita esencia de vainilla (opcional, pero siempre da buen sabor)
- 1 Cucharadita levadura en polvo
- Un pellizco de sal
- 150 gr. Harina
- Cobertura: azúcar glacé y azúcar normal
PROCEDIMIENTO
- Batimos con unas varillas el aceite, azúcar y cacao.
- Incorporamos un huevo, batimos, después el otro para que queden bien integrados, la esencia de vainilla y un pellizco de sal (intensifica el sabor del chocolate).
- En otro cuenco tamizamos la harina y la levadura y la incorporamos al bol anterior, poco a poco, removiendo para integrarla bien.
- Vertemos la masa en papel film ("cómo?! Pero si está muy líquido!!" Sí, lo sé, pero ya os he dicho que son como mini brownies, no esperes la masa mazacote de unas galletas), formamos un rulo y lo metemos en la nevera mínimo 3 horas.
- Pasado el tiempo precalentamos el horno a 180°, sacamos la masa de la nevera, cortamos la mitad de la masa y la otra mitad la guardamos en la nevera para que no se caliente mientras hacemos la primera tanda.
- Hacemos bolitas y cual albóndigas las rebozamos, primero en azúcar normal y luego en azúcar glacé (como en la foto) y así evitamos que la masa absorba el azúcar glacé. Reboza sin miedo ya que parte del azúcar se perderá durante el horneado.
- Deja una separación de 5cm entre galletas y hornea durante 12 minutos, a 180, calor arriba y abajo.
- Deja enfriar 5 minutos y luego pásalas a enfriar a una rejilla.
